Acerca de la Metafora Viva de Paul Ricoeur.
Fragmento del Libro Ricoeur y la Metafora Viva.
Fragmento del Libro Ricoeur y la Metafora Viva.
Al…escribir…todos los instintos naturales están
operando de la misma forma en que algunas
personas tocan un instrumento musical
sin recibir lecciones y, otros, incluso cuando niños,
comprenden el funcionamiento de la maquina
Lillian Hellman. An Unfinished Woman.
operando de la misma forma en que algunas
personas tocan un instrumento musical
sin recibir lecciones y, otros, incluso cuando niños,
comprenden el funcionamiento de la maquina
Lillian Hellman. An Unfinished Woman.
A principios de 1940, Keith Douglas1 joven poeta inglés sostuvo correspondencia con T.S Eliot, el deán de los poetas Ingleses. Las respuestas de Eliot, invariablemente útiles son reveladoras acerca de las atenciones en el nivel de la palabra en lo relativo a la escritura2 y la inflexible revisión del verso. Al advertir en contra del empleo de adjetivos inútiles, Eliot critica la frase “construcción temporal”: “esta temporalidad – dice- debió establecerse claramente antes en el poema”( Eliot & Keith Douglas, pp. 731) Después el joven poeta Douglas se compara con un pilar en un invernadero y Eliot pregunta “quiere decir que usted también es vidrio” Al referirse a una comparación posterior del poeta con un ratón, Eliot descubre otra vez la aparente inconsistencia: “ No creo que usted deba ser un pilar y parecerse a un ratón en la misma estrofa” Eliot ofrece una critica más general de todo el poema: “ No estoy seguro de que un mito sea del todo convincente. Por ejemplo hacia el final usted hablo de exorcizar a la dama fallecida en la habitación superior. Uno no habla de exorcizar fantasmas de casas materiales, pero en este caso la dama por exorcizar parece ser más sustancial que la casa en la que usted la ubico. A eso me refiero cuando habla de consistencia” (Ibíd., 731)
Al hacer este tipo de sugerencias; Eliot hacía público algunos de los procesos por las que debe pasar las formas de relaciones de aprendizaje metafórico, para alcanzar la estructura adecuada o la pertinencia necesaria para una referencia -aunque figurada- eficazmente discursiva. Por las propias notas de Eliot, es fácil prever el cuidado que ponía y la agonía sufrida en la elaboración concreta de la referencia metafórica y del sentido metafórico, que aun cuando fuera un lenguaje indirecto, debía conservar la capacidad discursiva del lenguaje según la lingüística3. Eliot, al parecer, deja ver a la metáfora como una unidad de sintaxis significativa. Al intentar reconstruir una y otra vez el enunciado metafórico propuesto, Eliot, da lugar a una experiencia sintáctica del mismo, coordinada por la ejecución del lenguaje poético en que las mismas exigencias de la sintaxis tradicional son necesarias para el enunciado metafórico. Sin embargo, Eliot no advierte que tal elaboración descubre la tarea de la fijación del noema de discurso por parte de la escritura como actividad que busca pasar de una interpretación inadecuada a otra que más justa; Eliot, sólo insiste en las relaciones de consistencia adecuadas para el enunciado metafórico. Su esfuerzo es un proceso racional del lenguaje al intentar presentar justamente lo que el noema debe ser y decir, sin la alteración o manipulación de su sentido, esto es, de la adecuación de sentido según los diferentes intereses. Y esto, quizá por que es lo más hipotético del lenguaje pero sin duda es lo más recurrente en las diferentes formas de discurso. El deterioro del lenguaje pasaba por estas fallas de sentido o por las apropiaciones como ya lo hemos visto de poder de sentido en manos de la conciencia, tal como, la historia deja entreverlo. Eliot evitaba precisamente las inconsistencias en una consideración de las equivocas prácticas del lenguaje en cuanto nadie o casi nadie reparaba en el uso que daban al lenguaje. Así, p.ej., en Cuatro Cuartetos, Eliot, insistió en las frase “al ocaso”, “la primera luz débil”, “después del fin de la linterna”, “linterna apagada”, “linterna retirada”, “tiempo de Linterna”, “el crepúsculo” inclusive la de un amigo “ocaso menguante”4 De igual forma, muchos de los contemporáneos de Eliot, ponderaron con intenso cuidado la palabra apropiada entre diversas alternas, p.ej. Robert Graves gasto sus esfuerzos por encontrar un sinónimo para la palabra “patrón” en la frase: “y fijar mi mente en un patrón estrecho de duda” Probo, “marco de duda” (demasiado formal) y “red” (demasiado negativa como connotación) Al consultar el Diccionario Ingles Oxford, Graves encontró la palabra amnios (caul) la cual tenia todos los significados que necesitaba: una nueva capa que confirma la gloria de una mujer; una telaraña, y una membrana suave, como una capa en la que a veces, nace un bebe con suerte. Yuxtapuesta con cerrado, la palabra amnios también proporciono una aliteración agradable5. Stephen Spencer narra como construyo un poema partiendo de sus anotaciones de cuaderno: “Hay días en que el mar yace como arpa extendida debajo los riscos. Las olas como alambres se encienden con el fulgor cobrizo del sol” 6 Probo por lo menos veinte versiones distintas con el fin de aclarar la escena y extraer su sentido musical, y lograr la imagen de la breve vida de la tierra y la muerte en el mar. Entre sus esfuerzos se encontraba:
Al hacer este tipo de sugerencias; Eliot hacía público algunos de los procesos por las que debe pasar las formas de relaciones de aprendizaje metafórico, para alcanzar la estructura adecuada o la pertinencia necesaria para una referencia -aunque figurada- eficazmente discursiva. Por las propias notas de Eliot, es fácil prever el cuidado que ponía y la agonía sufrida en la elaboración concreta de la referencia metafórica y del sentido metafórico, que aun cuando fuera un lenguaje indirecto, debía conservar la capacidad discursiva del lenguaje según la lingüística3. Eliot, al parecer, deja ver a la metáfora como una unidad de sintaxis significativa. Al intentar reconstruir una y otra vez el enunciado metafórico propuesto, Eliot, da lugar a una experiencia sintáctica del mismo, coordinada por la ejecución del lenguaje poético en que las mismas exigencias de la sintaxis tradicional son necesarias para el enunciado metafórico. Sin embargo, Eliot no advierte que tal elaboración descubre la tarea de la fijación del noema de discurso por parte de la escritura como actividad que busca pasar de una interpretación inadecuada a otra que más justa; Eliot, sólo insiste en las relaciones de consistencia adecuadas para el enunciado metafórico. Su esfuerzo es un proceso racional del lenguaje al intentar presentar justamente lo que el noema debe ser y decir, sin la alteración o manipulación de su sentido, esto es, de la adecuación de sentido según los diferentes intereses. Y esto, quizá por que es lo más hipotético del lenguaje pero sin duda es lo más recurrente en las diferentes formas de discurso. El deterioro del lenguaje pasaba por estas fallas de sentido o por las apropiaciones como ya lo hemos visto de poder de sentido en manos de la conciencia, tal como, la historia deja entreverlo. Eliot evitaba precisamente las inconsistencias en una consideración de las equivocas prácticas del lenguaje en cuanto nadie o casi nadie reparaba en el uso que daban al lenguaje. Así, p.ej., en Cuatro Cuartetos, Eliot, insistió en las frase “al ocaso”, “la primera luz débil”, “después del fin de la linterna”, “linterna apagada”, “linterna retirada”, “tiempo de Linterna”, “el crepúsculo” inclusive la de un amigo “ocaso menguante”4 De igual forma, muchos de los contemporáneos de Eliot, ponderaron con intenso cuidado la palabra apropiada entre diversas alternas, p.ej. Robert Graves gasto sus esfuerzos por encontrar un sinónimo para la palabra “patrón” en la frase: “y fijar mi mente en un patrón estrecho de duda” Probo, “marco de duda” (demasiado formal) y “red” (demasiado negativa como connotación) Al consultar el Diccionario Ingles Oxford, Graves encontró la palabra amnios (caul) la cual tenia todos los significados que necesitaba: una nueva capa que confirma la gloria de una mujer; una telaraña, y una membrana suave, como una capa en la que a veces, nace un bebe con suerte. Yuxtapuesta con cerrado, la palabra amnios también proporciono una aliteración agradable5. Stephen Spencer narra como construyo un poema partiendo de sus anotaciones de cuaderno: “Hay días en que el mar yace como arpa extendida debajo los riscos. Las olas como alambres se encienden con el fulgor cobrizo del sol” 6 Probo por lo menos veinte versiones distintas con el fin de aclarar la escena y extraer su sentido musical, y lograr la imagen de la breve vida de la tierra y la muerte en el mar. Entre sus esfuerzos se encontraba:
Las olas son alambres
Que se encienden como los secretos cantos de los juegos.
El día se enciende en los alambres trémulos
Con una vasta música dorada en los ojos
El día fulgura en sus trémulos alambres
Cantando una música dorada a los ojos
El día fulgura en sus ardientes alambres
Como olas de música dorada en los ojos
La tarde da brillo a sus tintineantes alambres
A una música silente visual de los ojos.
Que se encienden como los secretos cantos de los juegos.
El día se enciende en los alambres trémulos
Con una vasta música dorada en los ojos
El día fulgura en sus trémulos alambres
Cantando una música dorada a los ojos
El día fulgura en sus ardientes alambres
Como olas de música dorada en los ojos
La tarde da brillo a sus tintineantes alambres
A una música silente visual de los ojos.
Cada una de estas tentativas planteo problemas. Por ejemplo: en la primera la declaración directa, “olas como alambres” crea una imagen que no es el todo apropiada por que es excesiva; según Spencer, el poeta no debe expresar su visón demasiado abiertamente. En el sexto intento, “música silente visual de los ojos” existe demasiada redundancia y figuras del lenguaje en una frase que en sí es un tanto torpe. La versión final de Spencer coloca las imágenes en un contexto apropiadamente expansivo:
Hay días en que el feliz océano yace
Como arpa intocada, bajo la tierra
La tarde da brillo a todos los alambres silentes
A una música encendida de los ojos.
Como arpa intocada, bajo la tierra
La tarde da brillo a todos los alambres silentes
A una música encendida de los ojos.
Si bien el efecto de Integral, con indirecta de Homero y de Blake, quizá no sea interesante de modo sorprendente como lo forjado por algunos de sus intentos anteriores, la versión final, si capta con fidelidad y claridad el impulso subyacente de Spencer, su visión inicial.
En los esfuerzos del poeta en la busca de palabra adecuada se haya una habilidad lógica y semántica, una inteligencia lingüística en acción7 Tras esto existe entonces otra impertinencia que atañe a la forma como la lingüística se plantea. La inteligencia lingüística de la metáfora o mejor la capacidad heurística del lenguaje, presenta una habilidad que puede significar una forma distinta de acercamiento y comprensión del lenguaje o puede tratarse de una forma lingüística que la misma lingüística como tal aun desconoce. Esta última seria una exageración, por que en efecto, los procesos de creación metafórica necesitan de la lingüística (sintaxis-funcionalidad, etc.) pero están puestos literalmente para ir más allá de su linealidad y alcanzar formas de sentido-no literal. El poeta debe ser sensible en grado superlativo a los matices de los significados de las palabras; así, en lugar de eliminar las connotaciones debe intentar conservar el mayor número posible de sentidos alcanzados. Por eso amnios fue la opción más deseable de la que Graves tomó. Más aún, no se pueden considerar aislados los significados de las palabras sino que tras sus ruinas literales ir hacia nuevas formas de sentido. El escritor debe fijarse en las posibilidades semicas de cada palabra a fin de que no choque con el sentido de una segunda palabra dentro de la frase. Por ello, Eliot advierte la inconsistencia de la palabra pilar y ratón en una misma estrofa y coloca en duda que se exorcice una dama en lugar de una casa fantasmal. La palabra, no es una experiencia del azar, esta debe mantener una correspondencia y una pertinencia con lo que se piensa y con lo que se dice. Esta trascendencia lógica debe superar los modismos lingüísticos, al enunciarse, debe intentase decir, y no enunciar por enunciar.
En una ocasión Eliot reflexionó que la lógica del poeta -aun si es figurada-, es tan severa como la del científico8 También señalo que la disposición de las imágenes requiere “ tanto trabajo cerebral como el orden de una argumento” En donde la lógica del científico requiere una sensibilidad a las implicaciones de una proposición (o ley) con otra; la lógica del proceso metafórico se centra heurísticamente en los matices y sentidos del significado y lo que implican o excluyen para la experiencia semántica de la realidad y la existencia. Por lo tanto, así como uno no se atrevería a ser científico sin considerar las leyes de la deducción lógica, tampoco, aspiraría a la poesis sin la consideración heurística de las palabras y los significados y su interacción lingüística y semántica. La poesis no puede depender de la lingüística para considerarse como un proceso de elaboración de discurso. La poética como elaboración de lenguaje desde los distintos usos de la analogía, no queda en la combinación de palabras al azar, al contrario, debe relacionarse con un sentido y una heurística en correspondencia y pertinencia al caso; a una implicación de discurso y capacidad de referencia9. Ahora, ya de manera adicional, una sensibilidad fonológica es necesaria para la creación metafórica. Eliot, consideraba a la fonología cardinal para la interacción de la narrativa poética de la obra. La musicalidad de las palabras y las frases, su acento discursivo, son referentes de su capacidad e intención semánticas.
Esta perspectiva deja a la poética a nivel del discurso. No sólo despectivamente podemos referirnos a la metáfora. La aceptación de que el lenguaje no se reduce a una simple estructura sino que ontológicamente alcanza niveles de significado enormes, existe como una exigencia que el mismo lenguaje reclama para sí. La recuperación de la confianza en la capacidad de significado del lenguaje no deja ser inevitable y necesaria para reconstruir el aparato semántico del mismo a las mejores posibilidades y no solo a las limitaciones de la ridícula división entre sujeto-objeto, creada con fines no muy lejos del yo-pienso yo-soy, de una ambición solipsista10. Es desde de la producción de discurso (poesis) que se eleva el lenguaje a sus múltiples posibilidades. La poesis esta incrustada en todas las oportunidades de lenguaje, no es exclusiva de un método o academia. El lenguaje es de todos y su realidad no existe en grado sumo en sus practicantes. La habilidad de lenguaje es proporcional al nivel de la poesis significativa alcanzada. En efecto, la advertencia de que solamente los practicantes del lenguaje permiten una elaboración significativa del mismo deja por fuera la revelación de la palabra original, del decir y sus múltiples manifestaciones. Del nivel de espontaneidad que se le admite al lenguaje surgen las múltiples posibilidades del mismo. La distinción entre un lenguaje habitual, cotidiano, lingüístico de un lenguaje significativo, ontíco, religioso, autopoético, da lugar a una restauración del lenguaje, donde sobre las ruinas de lo literal aparecen nuevas posibilidades de sentido y referencia. El lenguaje no es únicamente la ciencia representada. Todavía el hombre no alcanza el total avance del lenguaje. Este hecho hace que todavía existan muchas cosas incomprensibles para el pensamiento. La relación lenguaje-pensamiento está presente incluso ante las nuevas significaciones que la innovación semántica creada por el discurso, permite. La ciencia (historia) desconoce gran parte de universo infinito. ¿La conclusión del mismo supondría la culminación del lenguaje? Esta circunstancia insiste en niveles altamente significativos a la experiencia. ¿Estaremos acaso en la infancia de un aprendiz, del lenguaje? Todo apunta a que sí, aún cuando el desarrollo tecnológico y la ciencia insisten en mantenerse, solo pueden ser muestra del adelanto de sí misma, y casi nada del lenguaje a nivel de sentido.
En los esfuerzos del poeta en la busca de palabra adecuada se haya una habilidad lógica y semántica, una inteligencia lingüística en acción7 Tras esto existe entonces otra impertinencia que atañe a la forma como la lingüística se plantea. La inteligencia lingüística de la metáfora o mejor la capacidad heurística del lenguaje, presenta una habilidad que puede significar una forma distinta de acercamiento y comprensión del lenguaje o puede tratarse de una forma lingüística que la misma lingüística como tal aun desconoce. Esta última seria una exageración, por que en efecto, los procesos de creación metafórica necesitan de la lingüística (sintaxis-funcionalidad, etc.) pero están puestos literalmente para ir más allá de su linealidad y alcanzar formas de sentido-no literal. El poeta debe ser sensible en grado superlativo a los matices de los significados de las palabras; así, en lugar de eliminar las connotaciones debe intentar conservar el mayor número posible de sentidos alcanzados. Por eso amnios fue la opción más deseable de la que Graves tomó. Más aún, no se pueden considerar aislados los significados de las palabras sino que tras sus ruinas literales ir hacia nuevas formas de sentido. El escritor debe fijarse en las posibilidades semicas de cada palabra a fin de que no choque con el sentido de una segunda palabra dentro de la frase. Por ello, Eliot advierte la inconsistencia de la palabra pilar y ratón en una misma estrofa y coloca en duda que se exorcice una dama en lugar de una casa fantasmal. La palabra, no es una experiencia del azar, esta debe mantener una correspondencia y una pertinencia con lo que se piensa y con lo que se dice. Esta trascendencia lógica debe superar los modismos lingüísticos, al enunciarse, debe intentase decir, y no enunciar por enunciar.
En una ocasión Eliot reflexionó que la lógica del poeta -aun si es figurada-, es tan severa como la del científico8 También señalo que la disposición de las imágenes requiere “ tanto trabajo cerebral como el orden de una argumento” En donde la lógica del científico requiere una sensibilidad a las implicaciones de una proposición (o ley) con otra; la lógica del proceso metafórico se centra heurísticamente en los matices y sentidos del significado y lo que implican o excluyen para la experiencia semántica de la realidad y la existencia. Por lo tanto, así como uno no se atrevería a ser científico sin considerar las leyes de la deducción lógica, tampoco, aspiraría a la poesis sin la consideración heurística de las palabras y los significados y su interacción lingüística y semántica. La poesis no puede depender de la lingüística para considerarse como un proceso de elaboración de discurso. La poética como elaboración de lenguaje desde los distintos usos de la analogía, no queda en la combinación de palabras al azar, al contrario, debe relacionarse con un sentido y una heurística en correspondencia y pertinencia al caso; a una implicación de discurso y capacidad de referencia9. Ahora, ya de manera adicional, una sensibilidad fonológica es necesaria para la creación metafórica. Eliot, consideraba a la fonología cardinal para la interacción de la narrativa poética de la obra. La musicalidad de las palabras y las frases, su acento discursivo, son referentes de su capacidad e intención semánticas.
Esta perspectiva deja a la poética a nivel del discurso. No sólo despectivamente podemos referirnos a la metáfora. La aceptación de que el lenguaje no se reduce a una simple estructura sino que ontológicamente alcanza niveles de significado enormes, existe como una exigencia que el mismo lenguaje reclama para sí. La recuperación de la confianza en la capacidad de significado del lenguaje no deja ser inevitable y necesaria para reconstruir el aparato semántico del mismo a las mejores posibilidades y no solo a las limitaciones de la ridícula división entre sujeto-objeto, creada con fines no muy lejos del yo-pienso yo-soy, de una ambición solipsista10. Es desde de la producción de discurso (poesis) que se eleva el lenguaje a sus múltiples posibilidades. La poesis esta incrustada en todas las oportunidades de lenguaje, no es exclusiva de un método o academia. El lenguaje es de todos y su realidad no existe en grado sumo en sus practicantes. La habilidad de lenguaje es proporcional al nivel de la poesis significativa alcanzada. En efecto, la advertencia de que solamente los practicantes del lenguaje permiten una elaboración significativa del mismo deja por fuera la revelación de la palabra original, del decir y sus múltiples manifestaciones. Del nivel de espontaneidad que se le admite al lenguaje surgen las múltiples posibilidades del mismo. La distinción entre un lenguaje habitual, cotidiano, lingüístico de un lenguaje significativo, ontíco, religioso, autopoético, da lugar a una restauración del lenguaje, donde sobre las ruinas de lo literal aparecen nuevas posibilidades de sentido y referencia. El lenguaje no es únicamente la ciencia representada. Todavía el hombre no alcanza el total avance del lenguaje. Este hecho hace que todavía existan muchas cosas incomprensibles para el pensamiento. La relación lenguaje-pensamiento está presente incluso ante las nuevas significaciones que la innovación semántica creada por el discurso, permite. La ciencia (historia) desconoce gran parte de universo infinito. ¿La conclusión del mismo supondría la culminación del lenguaje? Esta circunstancia insiste en niveles altamente significativos a la experiencia. ¿Estaremos acaso en la infancia de un aprendiz, del lenguaje? Todo apunta a que sí, aún cuando el desarrollo tecnológico y la ciencia insisten en mantenerse, solo pueden ser muestra del adelanto de sí misma, y casi nada del lenguaje a nivel de sentido.
T.S. Eliot
Las operaciones medulares del lenguaje, por lo tanto, en las relaciones de aprendizaje metafórico, en la creación metafórica y siguiendo una serie de pasos, sugeriría a) una sensibilidad para el significado de las palabras, una sensibilidad para el significado, para el sentido, para la elaboración semántica del discurso. Tal sensibilidad no puede ser producto de una física pasada por la división señalada de sujeto-objeto. Lo sensible implicaría una experiencia de la física, de la existencia; en últimas, una de las cosas físicamente sensibles de la que el hombre forma parte, la existencia y la realidad dan lugar a una experiencia del hombre y viceversa.
Esta operación en las palabras no responde únicamente a cuestiones lingüísticas sino que implica la consideración del ser no a nivel de la cópula tal como puede creerse, sino todo lo contrario, a nivel ontológico.
Tomando como un ejemplo en el cual se intente llegar al aprendizaje de la metáfora como unidad de sentido y referencia, encontraríamos una insinuación de lo que el proceso metafórico implica desde la experiencia creativa de la metáfora. Para algunos poco enterados de las posibilidades de pensamiento originadas desde la metáfora las relaciones de aprendizaje se reducen únicamente a algunas formas de lucidez psicológica. Sin embargo, reducir las relaciones de aprendizaje a la tendencia positivista de la psicología sigue siendo una dificultad; las relaciones de aprendizaje nos permitirían suponer mejor, una conexión con elementos característicos del lenguaje y las funciones que neurológicamente han sido alcanzadas. Dichas posibilidades de las relaciones de aprendizaje presentan una vinculación directa con el lenguaje. Para Gardner la sensibilidad del aprendiz a la metáfora sería la habilidad según la cual “se distingue matices de la diferencia entre derramar tinta “intencionalmente”, “deliberadamente”, o “a propósito” Luego nos dice: “Una sensibilidad para el orden de las palabras –la capacidad para observar las reglas gramaticales y, en ocasiones escogidas con cuidado, alterarlas”11. En un nivel un tanto más sensorial –sensibilidad para los sonidos, ritmos, inflexiones y métrica de las palabras- la habilidad que logra hacer que incluso la poesía en un idioma extranjero se escuche hermosa. Y una sensibilidad para las diferentes funciones del lenguaje – reflexionar, analizar, describir, explicar, así como también- impresionar, estimular, convencer, etc. Tras esta habilidad aparente de lo sensible se nos presenta la de b) metaforizar el lenguaje tras el sentido de las palabras siguiendo la mimesis figurativa, el ver una cosa como otra, el imaginar nuevas formas de significación y mimesis narrativa y discursiva; el decir de manera figurada, por analogía la situación del hombre en la realidad y la existencia. Esta situación requiere una elaboración del trabajo de la semejanza (ver-como), como de una actividad neurológica y del lenguaje y no exclusivamente psicológica, al punto de crear una relación del lenguaje-pensamiento que de lugar a una correspondencia metafórica de la realidad y la existencia.
Notas:
Esta operación en las palabras no responde únicamente a cuestiones lingüísticas sino que implica la consideración del ser no a nivel de la cópula tal como puede creerse, sino todo lo contrario, a nivel ontológico.
Tomando como un ejemplo en el cual se intente llegar al aprendizaje de la metáfora como unidad de sentido y referencia, encontraríamos una insinuación de lo que el proceso metafórico implica desde la experiencia creativa de la metáfora. Para algunos poco enterados de las posibilidades de pensamiento originadas desde la metáfora las relaciones de aprendizaje se reducen únicamente a algunas formas de lucidez psicológica. Sin embargo, reducir las relaciones de aprendizaje a la tendencia positivista de la psicología sigue siendo una dificultad; las relaciones de aprendizaje nos permitirían suponer mejor, una conexión con elementos característicos del lenguaje y las funciones que neurológicamente han sido alcanzadas. Dichas posibilidades de las relaciones de aprendizaje presentan una vinculación directa con el lenguaje. Para Gardner la sensibilidad del aprendiz a la metáfora sería la habilidad según la cual “se distingue matices de la diferencia entre derramar tinta “intencionalmente”, “deliberadamente”, o “a propósito” Luego nos dice: “Una sensibilidad para el orden de las palabras –la capacidad para observar las reglas gramaticales y, en ocasiones escogidas con cuidado, alterarlas”11. En un nivel un tanto más sensorial –sensibilidad para los sonidos, ritmos, inflexiones y métrica de las palabras- la habilidad que logra hacer que incluso la poesía en un idioma extranjero se escuche hermosa. Y una sensibilidad para las diferentes funciones del lenguaje – reflexionar, analizar, describir, explicar, así como también- impresionar, estimular, convencer, etc. Tras esta habilidad aparente de lo sensible se nos presenta la de b) metaforizar el lenguaje tras el sentido de las palabras siguiendo la mimesis figurativa, el ver una cosa como otra, el imaginar nuevas formas de significación y mimesis narrativa y discursiva; el decir de manera figurada, por analogía la situación del hombre en la realidad y la existencia. Esta situación requiere una elaboración del trabajo de la semejanza (ver-como), como de una actividad neurológica y del lenguaje y no exclusivamente psicológica, al punto de crear una relación del lenguaje-pensamiento que de lugar a una correspondencia metafórica de la realidad y la existencia.
Luis Alberto Mayorga Jacobi.
Filosofía y Lingüística
Filosofía y Lingüística
Notas:
1. La correspondencia de Keith Douglas con Thomas Stern Eliot aparece descrita en el articulo de A. Coleman; “T.S.Eliot & Keith Douglas” London Times Library Supplement, 7 de febrero de 1970, pp. 731.
2.El carácter de la palabra debe ser tomada como la pertinencia de la deixis no únicamente lingüística sino significativa a nivel de las consideraciones Ontícas de la misma. Debe Recordarse que la palabra tuvo la espontaneidad original de sentido y su relación con el mismo no se determinaba por la actividad del discurso puesto bajo la palabra sujeta a la lengua. La palabra aparece tratada no solo lingüística (a nivel de la sintaxis, p.ej.,) sino en correspondencia con esa originalidad no lingüística de sus inicios.
3.Hablamos de la idea positivista de los enunciados empíricamente demostrativos. Eliot, se apoya en esa no para desmentirla sino para sobre sus exigencias alcanzar para enunciados metafóricos la eficiencia semántica y discursiva que tal presupuesto de la lengua debía presentar cualquier enunciado. Ricoeur hace lo suyo también, al señalar que es tras las ruinas del enunciado literal que se alcanza nuevas formas de significación.
4. La busca de Eliot de palabra apropiada está detallada en C Ricks Intense transparencies, revista de The composition of Four Quartets, por Helen Gardner, Londo Times Literary Supplement, 15 de septiembre de 1978, pp. 1006-1008.
5. La busca de Robert Graves de la palabra apropiada esta descrita en su On Poetry: Select Talks and Essays (Garden City, N.Y.: Doubleday, 1969), pp. 417-419
6. La busca de Stephen Spencer de las palabras apropiadas esta descrita en B. Ghiselin, comp., The Creative Process (N.Y. : Mentor, New American Library, 1952), pp 112.
7.En efecto, si consideramos la capacidad de las relaciones de aprendizaje metafórico y/o literario, advertimos una habilidad de pensamiento muy importante en el desarrollo de la inteligencia, tal como es el lenguaje. Este alcanza niveles de desarrollo cada vez más interesantes, cuantas más relaciones lingüístico-semánticas alcanza. Sin embargo, esta posibilidad da lugar a una reciprocidad en la que no es tanto la influencia de lenguaje, es la habilidad del hombre en advertir el carácter significativo y de sentido de las influencias del lenguaje. Esto por que, en varias ocasiones el lenguaje se manifiesta de diversas maneras pero el hombre se retrae a sus significaciones, en muchas casos ni las considera.
8. Esta observación de Eliot sobre la lógica del poeta proviene de su prefacio de Anabisis, de St. John Perse ( Nueva Cork: Harcourt, Brace, Jovanovich, 1970)
9. Esto debe entenderse como una poética no necesariamente taxonómica, basada en las disposiciones de “figura literaria”, esta no sería una poética y caería en el vulgarismo de la poesía. Una poética no solo es heurísticamente elaborada sino semánticamente ostensiva. El efecto de la metáfora gracias al trabajo de la semejanza y la de la triple mimesis, es que aun cuando su lenguaje sea metafórico, posea la capacidad de una referencia y un sentido, una elaboración heurística en la cual el lenguaje resuelve la referencia de la realidad y la existencia no únicamente en los enunciados empíricamente demostrativos sino en los enunciados miméticos o ascendencia metafórica.
10. Tal fue la dificultad del yo al intentar hallarse como unidad de significado de único, como unidad infinita de lo posible y creado. Esta separación del yo del contexto y del todo hacia fines únicos e universales da lugar al problema entre que es y no es sugiriéndose al yo como unidad definitoria decisiva. Esta equivocación lleva a una consideración de lo existente pensado y meditado por el yo. Pero el yo olvido su naturaleza imperfecta e inacabada. Freud demuestra la pulsionalidad del yo como una de sus más difíciles circunstancias, incluso, la incoherencia que reina en su fundamentación. El yo cae derrumbado, preso de la histeria, la psicosis, del ego, del Tótem y el Tabú, del ídolo, de la esquizofrenia, del banalismo, la sexualidad frustrada, la miseria, la vanidad, cae de la infinitud en la que quiso verse como origen de sentido, de la verdad. Ante esta situación la división hecha por este de la objetividad y la subjetividad pasa difíciles pruebas de fundamentación. A partir de esta perspectiva es que la metáfora surge tras las ruinas de sentido existente presentando una nueva significación elevada, una significación ontica de la que el yo se separo al intentar reducir al mundo a su infinidad finita.
11. Gardner suponía que la inteligencia del lenguaje, al menos para el caso de los poetas, daría lugar a una sensibilidad en la cual era posible la elaboración de una la actividad metafórica. Véase. Gardner. H. Teoría de las inteligencias múltiples. F.C.E. 1999.
2.El carácter de la palabra debe ser tomada como la pertinencia de la deixis no únicamente lingüística sino significativa a nivel de las consideraciones Ontícas de la misma. Debe Recordarse que la palabra tuvo la espontaneidad original de sentido y su relación con el mismo no se determinaba por la actividad del discurso puesto bajo la palabra sujeta a la lengua. La palabra aparece tratada no solo lingüística (a nivel de la sintaxis, p.ej.,) sino en correspondencia con esa originalidad no lingüística de sus inicios.
3.Hablamos de la idea positivista de los enunciados empíricamente demostrativos. Eliot, se apoya en esa no para desmentirla sino para sobre sus exigencias alcanzar para enunciados metafóricos la eficiencia semántica y discursiva que tal presupuesto de la lengua debía presentar cualquier enunciado. Ricoeur hace lo suyo también, al señalar que es tras las ruinas del enunciado literal que se alcanza nuevas formas de significación.
4. La busca de Eliot de palabra apropiada está detallada en C Ricks Intense transparencies, revista de The composition of Four Quartets, por Helen Gardner, Londo Times Literary Supplement, 15 de septiembre de 1978, pp. 1006-1008.
5. La busca de Robert Graves de la palabra apropiada esta descrita en su On Poetry: Select Talks and Essays (Garden City, N.Y.: Doubleday, 1969), pp. 417-419
6. La busca de Stephen Spencer de las palabras apropiadas esta descrita en B. Ghiselin, comp., The Creative Process (N.Y. : Mentor, New American Library, 1952), pp 112.
7.En efecto, si consideramos la capacidad de las relaciones de aprendizaje metafórico y/o literario, advertimos una habilidad de pensamiento muy importante en el desarrollo de la inteligencia, tal como es el lenguaje. Este alcanza niveles de desarrollo cada vez más interesantes, cuantas más relaciones lingüístico-semánticas alcanza. Sin embargo, esta posibilidad da lugar a una reciprocidad en la que no es tanto la influencia de lenguaje, es la habilidad del hombre en advertir el carácter significativo y de sentido de las influencias del lenguaje. Esto por que, en varias ocasiones el lenguaje se manifiesta de diversas maneras pero el hombre se retrae a sus significaciones, en muchas casos ni las considera.
8. Esta observación de Eliot sobre la lógica del poeta proviene de su prefacio de Anabisis, de St. John Perse ( Nueva Cork: Harcourt, Brace, Jovanovich, 1970)
9. Esto debe entenderse como una poética no necesariamente taxonómica, basada en las disposiciones de “figura literaria”, esta no sería una poética y caería en el vulgarismo de la poesía. Una poética no solo es heurísticamente elaborada sino semánticamente ostensiva. El efecto de la metáfora gracias al trabajo de la semejanza y la de la triple mimesis, es que aun cuando su lenguaje sea metafórico, posea la capacidad de una referencia y un sentido, una elaboración heurística en la cual el lenguaje resuelve la referencia de la realidad y la existencia no únicamente en los enunciados empíricamente demostrativos sino en los enunciados miméticos o ascendencia metafórica.
10. Tal fue la dificultad del yo al intentar hallarse como unidad de significado de único, como unidad infinita de lo posible y creado. Esta separación del yo del contexto y del todo hacia fines únicos e universales da lugar al problema entre que es y no es sugiriéndose al yo como unidad definitoria decisiva. Esta equivocación lleva a una consideración de lo existente pensado y meditado por el yo. Pero el yo olvido su naturaleza imperfecta e inacabada. Freud demuestra la pulsionalidad del yo como una de sus más difíciles circunstancias, incluso, la incoherencia que reina en su fundamentación. El yo cae derrumbado, preso de la histeria, la psicosis, del ego, del Tótem y el Tabú, del ídolo, de la esquizofrenia, del banalismo, la sexualidad frustrada, la miseria, la vanidad, cae de la infinitud en la que quiso verse como origen de sentido, de la verdad. Ante esta situación la división hecha por este de la objetividad y la subjetividad pasa difíciles pruebas de fundamentación. A partir de esta perspectiva es que la metáfora surge tras las ruinas de sentido existente presentando una nueva significación elevada, una significación ontica de la que el yo se separo al intentar reducir al mundo a su infinidad finita.
11. Gardner suponía que la inteligencia del lenguaje, al menos para el caso de los poetas, daría lugar a una sensibilidad en la cual era posible la elaboración de una la actividad metafórica. Véase. Gardner. H. Teoría de las inteligencias múltiples. F.C.E. 1999.
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